La desinformación del nuevo orden
Los ministros del G20 se reunieron en Maceió, Brasil, la semana pasada. En la cartera llevaban el nuevo objetivo del establishment para cerrar una vía de agua que desestabiliza: la libertad de expresión. Y es que cuando todos empiezan a repetir como loros el mismo relato, es que todos van unidos de la mano. Hace poco leía un comentario de Bill Gates sobre el mismo asunto «la desinformación», uy que miedo.
Quién decide qué es la desinformación
Imagina que eres juez y fiscal a la vez; imagina que eres la víctica o demandante, fiscal, abogado y juez a la vez… Bueno, pizca más o menos y en muy pocas palabras está pasando y mucho peor que será. Hay que cerrar la boca como sea a cualquiera que ponga una nota discordante. La desinformación será lo que digan desde un sector dominante y los desinformadores bloqueados, censurados o procesados.
Señores y señoras, seamos serios. No hay más que buscar un poco para ver qué ya existía la desinformación desde hace mucho. De hecho, la «desinformación oficial» es la madre de todas las desinformaciones. No me diga usted, por favor. Ves o escuchas a un tipo decirte «A» hoy y mañana, te cuenta las mil y una noches para decirte que jamas dijo «A» sino que su intención siempre fue «B».
Como decía hace pocos días, cada paso atrás en nuestra libertad que estamos dando, nos costará inmensos esfuerzos para intentar recobrar la libertad perdida.
«… Y cuando desperté, comprendí que vivía engañado. Todo era un cuento para arrebatarme mi libertad, mi discernimiento y mi individualidad. Me ofrecieron seguridad, comodidad y una vida fácil. Así fue cómo me convertí en un automátata del sistema»
Betelgeuse.
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