Somos mortales
Nuestra naturaleza mortal se percibe de diferentes maneras según la etapa de la vida en la que te encuentres. En las primeras etapas de la infancia, es un concepto abstracto y en sí, la vida parece eterna. El cariño materno y el juego, que forma parte fundamental de nuestro aprendizaje, ocupan nuestro tiempo. Siendo ya niños más talluditos, comenzamos a considerar a la muerte como una realidad que nos aguarda a todos, pero aún la vemos como quien mirá la historia de siglos pasados, muy lejana, casi irreal. En un momento de nuestra juventud y ante el hecho de habernos encontrado con la muerte, ya sea por el fallecimiento de familiares, amigos de nuestros padres, etc. nuestra visión de la muerte cambia en su dimensión temporal. Es entonces cuando la vemos y reconocemos. Sabemos que habremos de morir, en décadas si todo transcurre de la mejor forma o en cualquier momento si sucede un accidente o cualquier otro hecho incompatible con la vida. Así, llega un momento en el que lo que veías lejano ahora se torna mucho más próximo. Tu percepción del tiempo ha ido cambiando con la vida y los años ya no duran lo mismo que cuando tenías 15 años. Y así hasta que llegue el momento en el que seas incapaz de prever si será el último de tus días.
¿Triste, no?
Yo creo que depende.
Depende de qué estés haciendo.
Depende de cómo estés viviendo.
Depende de tu cuenta de resultados.
Cuenta de resultados.
Contabilidad.
Eso del debe y del haber.
Entradas y salidas.
Doy y recibo.
¿Qué estoy dando?
¿Qué estoy recibiendo?
Uy, temo que eso no funcione así.
Es solo una apreciación subjetiva mía.
Pero es lo que yo creo.
También observo y mis observaciones me hacen pensar que estoy en lo correcto.
La contabilidad de la vida - Contabilidad Sagrada
Pues sí. Lo que yo pienso y creo, es que a la hora de la llegada de la parca las cuentas cuadran. Debe menos haber, dará cero como resultado. El cero es un número mágico, según parece, inventado en la actual India. Lo que pasa con esto es que no es algo que suceda de un modo, digamos y recurriendo a la ciencia, de “acción-reacción”. Yo hago (asiento en el debe) e inmediatamente también su contrapartida (asiento en el haber), sino que es algo diacrónico. Las cuentas se van ajustando en el transcurso de la vida sin obedecer a una aparente relación causa-efecto. Esta diacronía es la causante de la incomprensión que nos acompaña durante nuestra existencia. Ser incapaces de saber ante un nuevo asiento en el haber, cuál era su contrapartida en el debe. Y estas son las cosas de la Contabilidad de la vida. Lo que sí suele suceder es que ante un ajuste contable “a favor”, solemos pensar “me lo merezco” mientras que cuando sucede al revés pensamos “esto es injusto”.
Con respecto a los apuntes de esta metáfora contable, no me estoy refiriendo a si eres buena persona o no -que también, pero no exclusivamente- sino que se trata de todo el conjunto de actos y decisiones tomadas en nuestra vida. Ejemplo podrían ser permanecer con la pareja que no se ama, decir siempre que sí a todo por falta de seguridad, baja autoestima, mirar al lado contrario del que mira nuestra alma, nuestro impulso vital. Y así un largo etcétera. En definitiva y se analizar un poco, estamos hablando de no atreverse y dejarse guiar por el miedo en la vida, dejando claro que la temeridad tampoco es el camino.
¿Y tú qué piensas?
Betelgeuse.